Big Tech en investigación por tácticas monopólicas. ¿Cómo afectará esto a Bitcoin?

Un informe de aproximadamente 450 páginas realizado para la Cámara de Representantes de los Estados Unidos señala que Amazon, Apple, Facebook y Google utilizan tácticas anticompetitivas en sus respectivos negocios. La investigación menciona prácticas monopólicas por parte de las 4 compañías tecnológicas más importantes del momento. Y esto podría incitar a los reguladores a tomar cartas en el asunto. El informe es relevante, porque este documento en manos de una Cámara de Representantes controlada por el Partido Demócrata podría implicar nuevas leyes. ¿Los demócratas contra Big Tech? 

Bien sabemos que la mayoría de los empleados de las grandes compañías tecnológicas tienden a votar por la izquierda. California es un Estado predominante demócrata. Y San Francisco en particular es una ciudad liberal por excelencia. El voto progresista predomina abrumadoramente sobre el voto conservador entre los moradores de Silicon Valley. De hecho, los líderes de Silicon Valley se encuentran entre los donadores más importantes del Partido Demócrata. 

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Para muchos, la afinidad de Silicon Valley con el Partido Demócrata podría resultar extraña, porque la cultura empresarial de Silicon Valley podría llevarnos a pensar que el Partido Republicano sería una mejor opción. Pero el asunto no es tan sencillo. De hecho, Silicon Valley (Big Tech en general) es una combinación de distintas corrientes que no encuentra una representación exacta en el espectro político tradicional, ni en el Partido Demócrata, ni en el Partido Republicano, ni en el Partido Libertario. 

Se podría decir que estamos ante un grupo de “hippies”, pro-inmigración, pro-capitalismo, pro-negocios, y pro-ciencia (millennials en su mayoría), que creen en la competitividad y la innovación, pero con la intervención y colaboración del Gobierno. Apuestan por la globalización, el libre comercio y las fronteras abiertas, pero también son pro-Obamacare. Creen en la meritocracia, en la creatividad individual, pero también en el bien común. En términos generales, este grupo considera que el Gobierno debe invertir en sus ciudadanos (educación, salud, seguridad social). Pero, al mismo tiempo, debe apoyar la libre empresa. 

El problema con esta postura política es que aún no tiene etiqueta. Pero ha encontrado un hogar “provisional” en sectores de la centro-izquierda del Partido Demócrata. Son demasiado liberal para el Partido Republicano y demasiados conservadores para la izquierda radical. No soportan la intolerancia y la anti-ciencia de la Derecha. Pero son demasiados pro-capitalistas e individualistas para aceptar la izquierda radical. Joe Biden por ser un moderado es un punto medio aceptable. He ahí la razón por la cual encuentra apoyo en Silicon Valley. Donald Trump y Bernie Sanders, por otro lado, son muy radicales para este grupo. 

Claro que este grupo resulta contradictorio para los tres grandes bandos. Los libertarios los tildan de progresistas pro-gobierno. Los conservadores los tildan de liberales. Y la izquierda los presenta como capitalistas desenfrenados. En otras palabras, al carecer de una etiqueta o una plataforma definida el destino de este grupo es la incomprensión y la desarticulación política. Atacados por los libertarios, los republicanos y los demócratas por no tener un lugar en el espectro político tradicional. Por los momentos, por carecer de una mejor opción, este grupo se inclina por el centro demócrata. 

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Ahora bien, Silicon Valley votará por los demócratas, pero ¿los demócratas serán buenos para Silicon Valley? Trump no ha sido particularmente bueno para Silicon Valley. Cada vez que puede Trump ha presentado a Big Tech como los villanos de la película. Las fricciones entre Amazon y Trump ha generado varios titulares. Pero todo se ha mantenido en la retórica. Los republicanos no han tomado ninguna acción contundente en contra de Big Tech. En líneas generales, los republicanos evitan las regulaciones corporativas. 

He aquí la gran ironía de todo eso. Porque los demócratas sí ven las regulaciones con buenos ojos. Si los demócratas ganan el Congreso, es muy probable que veamos regulaciones para Big Tech. ¿Es esto bueno o malo? Bueno, todo depende del tipo de regulación. Hay regulaciones inadecuadas y hay regulaciones adecuadas. Pero nadie quiere una regulación diseñada por radicales. 

La derecha radical defiende la carecía de regulación y eso nos ha llevado al caos. Es decir, las Big Tech hacen lo que les da la gana. Y eso tampoco es bueno. Pero, por otro lado, la izquierda radical en su resentimiento puede causar mucho daño. Los sectores, representados por Bernie Sanders, Elizabeth Warren, y Alexandria Ocaso-Cortez, plantean cambios muy violentos. Aquí el remedio puede ser peor que la enfermedad. 

En materia regulatoria, lo mejor sería una solución bipartidista que se incline hacia el centro pragmático. Nos convendría a todos un Congreso moderado con un Presidente moderado. Lo menos que queremos es que se frene la innovación. Pero sujetos como Jeff Bezos y Mark Zuckerberg deberían rendir cuentas. Si les permitirnos tener poder absoluto, seguramente nos arrepentiremos. El ser humano debe seguir ciertas reglas para poder disfrutar una sana convivencia. 

Todo este tema de la regulación, Big tech y la política es también muy relevante para Bitcoin. La única diferencia es que la comunidad cripto en lo político es un poco más radical que Silicon Valley y se suscribe principalmente a la corriente libertaria. Lo que implica que todo tipo de regulación se ve como una especie de calamidad inaceptable. El fin del mundo. Eso es una gran desventaja para Bitcoin. Las compañías tecnológicas tienen a personas trabajando en propuestas regulatorias en este preciso momento. Y ya existen lobbistas en Washington contactando a congresistas para llegar a algún tipo de acuerdo. 

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Las Big Tech saben que las regulaciones son inevitables. Entonces, quieren ayudar en la elaboración de regulaciones adecuadas. Es decir, quieren formar parte activa del proceso. Y, en cierto modo, ser coautores de toda norma que los regule. La comunidad cripto, fiel a sus raíces libertarias, han escogido otro camino. Las trincheras. En otras palabras, el rechazo total a toda regulación. 

Lo que quiere decir que sin la participación de la comunidad cripto será muy difícil obtener  una regulación adecuada. ¿Dónde están los cripto lobbistas? ¿Dónde están los cripto think tanks en materia regulatoria? Los hay, pero son iniciativas aisladas y particulares. No son esfuerzos colectivos. Lo que implica que estamos destinados a ser víctimas de la situación. O sea, eventualmente se nos impondrá una regulación. 

Debemos comenzar a ver las regulaciones como un gran acuerdo. Es decir, las reglas del juego que debemos redactar entre todos. No es un asunto de derecha, de izquierda o de los libertarios. De hecho, es un asunto de todos. Las regulaciones deben surgir de un consenso. Todas las partes deben participar y ninguna debe ser excluida. La autoexclusión no tiene sentido.