América Latina, no lo entenderías

Desde hace unos meses para acá la frase “Argentina, no lo entenderías” ha ganado cierta popularidad en las redes para convertirse finalmente en un meme personalizado tomado de una película. La oración ha servido para que argentinos expliquen locuras que solo parecen suceder en la nación albiceleste. Que si una marcha salió a pedir seguridad y los robaron o que hicieron una llamada a una cárcel y atendió el teléfono un preso. Disparates.

Sin embargo, aunque nos duela. La frase podría utilizarse para toda América Latina, porque lo queramos o no, somos una región en la que somos solidarios al momento de compartir nuestras desgracias de una manera más o menos similar.

Corrupción, pobreza, falta de desarrollo, delincuencia extrema, son elementos comunes entre nosotros. Una empresa corrupta puede conectarse con los presidentes de casi todos los países de la región y la caída de un bufete especializado en empresas off-shore puede hacer temblar a los congresistas, diputados y senadores de toda América Latina. Sin importar su posición ideológica, la mala gestión parece ser un elemento común dentro de la política latinoamericana.

Pero vamos, no estoy diciendo nada nuevo. No pretendo con este artículo sacar a relucir algo que el latinoamericano, desde el más pobre hasta el más rico, sabe. Dejas a la mitad el chiste de que un latino no necesita relaciones sexuales porque el Estado… y seguramente lo entenderán. Como lo acabas de hacer tu en este momento querido lector.

A pesar de que resulta obvio, es necesario recalcarlo. El latino no confía en la figura del Estado, o al menos no debería. Y sin querer sonar anarco-capitalista o detractor de las figuras estatales, pero, el accionar estatal de nuestra región no se ha ganado nuestra confianza.

¿Qué tiene que ver toda esta crítica con Bitcoin? Lo tiene que ver todo. A pesar de que Satoshi Nakamoto creó este activo en un entorno político y económico muy distinto al que podemos vivir los latinoamericanos, su idea calza perfectamente como una solución para nuestro entorno.

Más allá de su diseño de escasez que ha derivado en que pensemos especulativamente o el modelo stock-to-flow que nos hace soñar con los 288.000 dólares por moneda, lo mejor que tenemos aquí es la posibilidad de tener una moneda dura descentralizada, sin dependencia de nuestros queridos y apreciados Estados latinoamericanos y que esté disponible para cualquiera de nosotros.

Detente un momento y evalúa esto. Tenemos la posibilidad de ser libres de la ineptitud económica de nuestros queridos funcionarios. Inflación, despilfarros o el viajecito a Europa para la décimo tercera amante del ministro, todo esto queda atrás.

Y si, posiblemente para un europeo, americano o asiático nada de esto tenga sentido, y es lógico que no entiendan la necesidad de una respuesta ante un Estado fallido cuando sus Estados funcionan. Es por ello que menciono que este artículo se centra en recordar “América Latina, no lo entenderías”. Si buscas entenderlo amigo foráneo te invito a que vengas y convivas con nuestras penurias, después de todo, el riesgo es que te puedas quedar.

Los puntos de vista, pensamientos y opiniones expresados aquí son exclusivamente del autor y no reflejan ni representan necesariamente los puntos de vista y opiniones de Cointelegraph.

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