Bitcoin vs oro: ¿Qué dijo (realmente) Mark Cuban?

Mark Cuban es uno de esos empresarios que le encanta crear polémica por la publicidad. Y, para crear polémica, hay que exagerar, simplificar y polarizar. La frase “si tienes oro, eres un tonto…” es obviamente un truco publicitario. Con la frase, Mark irradia juventud, valentía y vanguardia. El oro es lo viejo y lo aburrido. Bitcoin es lo nuevo y lo más excitante. La intención de la frase es evocar emoción. En el proceso, se crea un falso dilema: oro vs bitcoin.

En muchos sentidos, el oro es un predecesor de Bitcoin. Y están emparentados por afinidad. Antes de Bitcoin, los libertarios, anarcocapitalistas y conservadores de derecha tenían al oro. Y, antes del patrón Bitcoin, ellos tienen al patrón oro. Debemos recordar que no estamos hablando únicamente de instrumentos para la inversión. En este caso, también estamos hablando de causas políticas. Muchas corrientes anti-estatistas promueven las ideas del liberalismo clásico (libre mercado, dinero duro y no-intervención).

Luego, los cypherpunks tomaron estas ideas y las versionaron al estilo californiano (contracultura, tecnofilia y libertarismo). Bitcoin comenzó como la innovación de un nicho (un juguete de los libertarios, anarcocapitalistas y conservadores de derecha). En el proceso, muchos compradores de Bitcoin adoptaron la narrativa de la comunidad originaria como suya. El bitcoiner idiosincrático participó en la especulación. Y los especuladores participaron en el debate ideológico. Creando así lo que hoy se conoce como la comunidad cripto. Una comunidad predominante joven, masculina, propensa a los riesgos y sumamente activa en las redes sociales.

Entonces, un latinoamericano busca “bitcoin” en google. ¿Qué encuentra? Encuentra un contenido que parece muy nuevo. Y lo descubre como una gran revelación. Ve documentales en Youtube. Y sigue cuentas en Twitter. De pronto, tiene una epifanía: “Entiendo el dinero”. Lo que realmente encontró fue una narrativa simple y coherente. En la mayoría de los casos, está supuesto epifanía no es otra cosa que la adopción de un viejo sesgo ideológico. Lo que los escarabajos del oro llevan siglos defendiendo, pero con mucha criptografía y nombres nuevos. El viejo entierro en el patio ahora se llama “cartera auto-custodiada”. El viejo individualismo autosuficiente de la ética protestante ahora se llama “sistema descentralizado”. Y la vieja paranoia conservadora ahora se llama “No tus llaves, no tus monedas”.

Las redes sociales han facilitado la aglomeración de afines. Por ende, los amigos en el extremismo político ahora tienen un espacio en común para la vacilación mutua. Lo que ha profundizado para el fenómeno de la pos-verdad. Ahora la verdad de la tribu es la verdad del universo. Y la meta es defender a la tribu a toda costa.

Ahora bien, los escarabajos del oro y bitcoiners son aliados a la hora de atacar al sistema establecido (bancos centrales, banca privada, dinero fiat). Y son aliados a la hora de defender los principios del liberalismo clásico. Sin embargo, son enemigos entre sí. Y la enemistad va más allá del instrumento de preferencia. Por supuesto que los escarabajos del oro prefieren al oro como el gran salvador. Y los bitcoiners prefieren Bitcoin. Cierto. Pero también hay diferencias generacionales. El oro es tradición, seguridad y vejentud. Bitcoin es innovación, riesgo y juventud.

El oro es un metal. Y Bitcoin es un código. El oro existe de forma concreta. Y Bitcoin existe de forma abstracta. En este sentido, el oro es una mercancía con valor intrínseco y potencial especulativo. Y Bitcoin es un activo especulativo sin valor intrínseco operando como una tasa. Sin embargo, para efectos del inversor, ambos son activos no-productivos/especulativos. La diferencia es que el mercado del oro es más grande, más líquido, más antiguo, más estable y mejor regulado que el mercado Bitcoin. Con el oro, los riesgos son menores. Pero las oportunidades son menores también.

Tanto Bitcoin como el oro podrían tener un lugar en un portafolio equilibrado y diversificado. Sus precios se comportan de modos muy distintos. Entonces, sus funciones son diferentes. En la práctica, no hay rivalidad. Porque se trata de activos muy diferentes. El oro aporta algo de estabilidad y cierta cobertura debido a su correlación negativa con la economía. Y Bitcoin ofrece crecimiento agresivo debido a su gran volatilidad. Si se escoge mucho de uno, sacrificamos el crecimiento. Si se escoge mucho del otro, nos exponemos a mucho riesgo.

El pensamiento totalitario y en absolutos es propio del fanatismo. ¿Es el martillo mejor que el serrucho? Cada instrumento tiene sus usos. Y cada instrumento es el ideal para determinados propósitos. En el caso de un gobierno, por ejemplo, tener oro como parte de sus reservas es ideal para obtener financiamiento. Unas barras de oro en una bóveda en Londres o en Suiza pueden servir como colateral en la emisión de bonos. No guste o no, este no es el caso con Bitcoin.

Por otro lado, un capitalista de riesgo, buscando crecer con gran agresividad y dispuesto a asumir grandes riesgos para lograrlo, de pronto, la estabilidad relativa del oro es contraria a sus fines. Tener oro puede ser de tontos para él. Pero esto no significa que lo sea para todo el mundo. El fanatismo hace esto. Para el fanático, las cosas blancas o negras. Todo es absoluto y definitivo. No hay grises. No hay medias tintas. Bitcoin es todo o nada. 

Palabras para la reflexión: Bitcoin no es para todo el mundo. Y esto no es el fin del mundo. Para las personas en la necesidad de una renta fija, por ejemplo, Bitcoin no es el activo ideal. ¿Por qué? Bueno, debido a la volatilidad, el precio de Bitcoin es bastante impredecible. Y ese es un nivel de incertidumbre poco deseable para algunas personas. Y es válido.

El inversor debe evitar los debates estériles en torno a la supuesta supremacía de su activo preferido. El inversor no vive de sueños y utopías. El inversor tiene metas y estrategias. Su objetivo es crecer financieramente. Para lograrlo, sopesa los riesgos y las oportunidades de todos los instrumentos. Y se expone a ellos en la proporción y la combinación que aporte el mayor crecimiento al menor riesgo posible. Si, después de cierta reflexión, se concluye que ambos activos (el oro y Bitcoin) tienen un lugar en su portafolio, pues, adelante. ¿Por qué no?

Muchos de los llamados “influencers” allá afuera por parecer “cool” se pasan (con mucha frecuencia) de irresponsables. Emiten una frase para crear polémica. Y ganar más seguidores. Pero, debido a la brevedad del medio, no entran en detalles. No profundizan. Entonces, el ignorante gana confianza y se piensa sabio por repetir unas frases simplonas. Después de todo, lo dijo el multimillonario Mark Cuban. 

Aclaración: La información y/u opiniones emitidas en este artículo no representan necesariamente los puntos de vista o la línea editorial de Cointelegraph. La información aquí expuesta no debe ser tomada como consejo financiero o recomendación de inversión. Toda inversión y movimiento comercial implican riesgos y es responsabilidad de cada persona hacer su debida investigación antes de tomar una decisión de inversión.

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